DOLOR | Remedios Varo (1908- 1963)

Desde hace algunos años, la mirada de algunos especialistas en Arte Moderno Mexicano, se ha detenido en el trabajo plástico de las mujeres artistas de principios del siglo XX. Frida Kahlo, Angelina Bellof, Nahui Olin, María Izquierdo, Leonora Carrington, Alice Rahón y Remedios Varo, por nombrar tan solo a algunas, han sido el motivo de múltiples revisiones históricas, artísticas y biográficas. Dichas pintoras, han sido “descubiertas” en sus múltiples dimensiones artísticas, y este proceso de historiarlas ha sido un trabajo intenso. La vida y obra de cada una de ellas, traza problemáticas tan distintas, que es muy enriquecedor poder conocerlas en todas sus fases. Es por ello, que en esta ocasión me detendré en platicarles sobre una de ellas, tal vez una de las más multicitadas pintoras hoy en día; ella es Remedios Varo.

La vida de Remedios Varo está marcada por los múltiples viajes que tuvo que hacer, muchos de ellos, viajes que eran provocados por el desplazamiento que significó la intolerancia, y otros tantos como viajes de exploración. Varo nació en Gerona, España en 1908, y desde el momento que le dieron nombre, su vida estaría atravesada por una intensidad sensible muy particular. Remedios, como la llamaron, hacía referencia al fin que ella cumpliría tras la muerte de su hermana mayor. Ella era el remedio a la dolorosa pérdida. No obstante, la salud de Remedios también fue frágil desde pequeña, sus problemas con el corazón, marcaban un estado constante de preocupación en su madre y pautaban una relación muy estrecha con su padre.

Desde muy joven Remedios comenzó a pintar, era gustosa de ello y de observar a su padre en su laboratorio. Su universo se constituía a través de una lupa y de un lápiz de registro. Observaba la naturaleza, la pintaba, se fascinaba por ella. Esto se puede reconocer a lo largo de su obra, siempre curiosa por los procesos que se dan en la vida silvestre, en las metamorfosis, en los cambios de temporada y es justamente este interés, lo que la llevó a un viaje a las orillas del río Orinoco en Venezuela.

Varo viajó en 1947 a Caracas, Venezuela, salió como parte de la expedición científica del Instituto Francés de América Latina (IFAL), que partían con la misión de combatir el paludismo. Varo estudiaría y registraría al mosquito y al tiempo sería ilustradora entomológica. Estuvo ahí varios meses y después se trasladó a la región del Orinoco, una zona geográfica reconocida por la riqueza de especies, únicas en el mundo. Fue ahí donde realizó estudios en torno a lo fascinante de estas especies, registrando a los mosquitos, a las larvas, etc. Esta comisión, que hoy se puede observar en su mayoría en las salas del Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México, fue en realidad una comisión de dibujos que le encargó la farmacéutica Bayer en aquellos años para promocionar las medicinas que producían a partir de las ilustraciones de Varo, para tratar de dar cierta referencia de lo qué combatían.

Varo, realizó en pequeños cartones múltiples ilustraciones. No obstante, se puede reconocer en estas imágenes cómo Varo, concebía la condición de enfermedad de modo muy particular. Sus cartones están básicamente agrupados en dos bloques: uno que hace referencia a las enfermedades que son producidas por medio de algún insecto o de la descomposición de los alimentos y, la enfermedad que no tienía referencia clara, es decir, la enfermedad que parecía ser generada por elementos del hombre. Los cartones que hoy conocemos como Paludismo (1947) o Amibiasis (1947), se comprenden dentro del primer bloque, en ellos se reconoce cómo hace una observación minuciosa, microscópica. En tanto, las obras que conforman el segundo bloque, son imágenes que hacen una exploración más psicológica de la enfermedad.

Dolor (1947), Dolor Reumático I (1948), Dolor Reumático 2 (1948), entre otras, son las ilustraciones que hacen referencia al segundo bloque. En ellas, la artista despliega su formación artística influenciada por el surrealismo, y trata de representar el dolor, un dolor físico y agudo en el cuerpo. En sus ilustraciones los personajes están situados en espacios fantásticos, en los cuales la arquitectura angulada destaca el estrés de las imágenes. Los personajes que padecen el dolor, están imposibilitados físicamente para acabar con él. Tal es el caso de la mujer en la obra Dolor Reumático I, encadenada a una columna, es incapaz de quitarse la llaga que tiene en la espalda. También, el cuerpo completamente vendado que se retuerce de dolor en la obra Dolor Reumático II, esta a punto del colapso, en un espacio hostil con el piso pleno de picos y agujas que parecieran armas. Sus personajes están completamente indefensos, se contorsionan del dolor. Asimismo aparece la sangre como un motivo importante, ya que pese a que es un dolor interno al que hace referencia, la sensación parecería de un arma que te hiere y se te clava en el cuerpo.

Sin duda estas imágenes de Varo, son representaciones que valdría la pena seguir estudiando, ya que no sólo son muy elocuentes y expresivas, sino que también nos dan referencia de cómo en el caso particular de Remedios, la enfermedad y la alquimia, siempre estuvieron unidas. La artista, que hoy se reconoce por una pintura profundamente psicológica, también debe de verse y leerse, como la artista que era científica, que experimentaba con la óptica, con el microscopio, con la enfermedad y con las técnicas. (MA)

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Sobre el artista:
DIEGO, E. D., & VARO, R. (2007). Remedios Varo. Madrid, Fundación Mapfre, Instituto de Cultura. 
VARO, R., PAZ, O., & CAILLOIS, R. (1966). Remedios Varo. México, Ediciones Era. 
VARO, R., RUY SÁNCHEZ, A., ORELLANA, M. D., & OLMOS, G. (2008). Cinco llaves del mundo secreto de Remedios Varo. México, D.F., Artes de México.