Sala de Ceras
A lo largo del siglo XIX, las lesiones dermatológicas fueron objeto de minuciosos estudios. En esa época, la enseñanza impartida en las escuelas de medicina era básicamente teórica. Era muy difícil estudiar directamente en los pacientes, aparte de peligroso por el riesgo de contagio. Es por eso que empleaban modelos de cera que, con asombrosa fidelidad y precisión, servían para mostrar a los alumnos las características de dichas patologías.
En 1873, a solicitud del eminente médico Rafael Lucio, autor de la descripción y de los estudios clínicos de la lepra manchada que lleva su nombre Lucio, el doctor Leopoldo Río de la Loza, entonces director de la Escuela Nacional de Medicina, realizó el encargo de las piezas que aquí se exhiben, al artista francés T. Vasseur.