Jod Lourie | La belleza de mi enemigo

Exposición temporal

En un momento en que los virus parecen desconocidos y aterradores, encontrar la belleza en sus estructuras, incluyendo los virus no patógenos, es un recordatorio de que los virus son parte del mundo natural. He llegado a apreciar la belleza de la estructura del virus COVID y a respetar su letalidad, lo que me obligó a vivir una vida en casa más restringida en estos últimos años. La dualidad es fundamental para nuestra existencia… para sentir las alturas más altas debemos soportar las bajas más bajas. La oscuridad existe solo porque hay luz. Sin lo negativo, es posible que no disfrute de lo positivo. La belleza se reconoce solo porque hay fealdad. Durante esta pandemia, he encontrado placer en pasatiempos femeninos no tecnológicos como el bordado, un arte que se remonta al 300.000 a. C., la era de Cromañón. También trabajé con tecnología imprimiendo digitalmente fotos médicas del virus sobre lino, y embellecí su belleza con hilo y productos de limpieza desenredados que se han convertido en una gran parte de mi esfuerzo por evitar la letalidad del virus. Volver a lo básico me ha hecho realmente valorar las contradicciones de la naturaleza de mi vida aquí en la Tierra.