De la piel a los huesos | Obra fotográfica

Adriana Calatayud

Con la llegada del pensamiento positivista a México, la enseñanza de la medicina dio un vuelco, dejó de ser solamente teórica e incluyó la práctica. Los estudiantes comenzaron a asistir a los hospitales y a realizar disecciones humanas como parte de su formación. Sin embrago la oportunidad de contar con un cuerpo para su estudio era remota de ahí que la Escuela de Medicina, hacia 1874, adquiriera una colección de modelos anatómicos como material didáctico. Dichas esculturas realizadas mediante una estructura de hueso humano y cera policromada se encuentran actualmente en el Museo de Medicina y fueron la fuente y el motivo de la obra de Adriana Calatayud.